domingo, 16 de febrero de 2014

El parto en el chihuahua

Tras la monta de la perra sabremos si ha quedado preñada por su comportamiento: muestras desmedidas de cariño hacia nosotros y sin embargo, hostilidad hacia los desconocidos.

Tras un mes a contar desde la fecha de la monta se le puede practicar una ecografía en el veterinario para comprobar fehacientemente si está encinta, número y disposición de los cachorros, aunque el progresivo abultamiento de su barriga y ubres lo delatará a simple vista.

El chihuahua no es normalmente una raza prolífica y lo habitual es que nuestra perrita tenga tres o cuatro cachorros, aunque existen casos de partos de seis cachorros.



La gestación abarca un periodo de 58 a 60 días, a contar desde la primera monta y unos quince días antes de la fecha programada del parto deberemos acomodar a la futura madre en una habitación tranquila y bien caldeada donde tenga su lugar ya preparado para alumbrar.

De cara a facilitar y prevenir cualquier complicación o distocia que se pudiera presentar durante el acto del parto, deberemos tener preparados varios utensilios al efecto:

. Tijeras quirúrgicas de punta roma para cortar el cordón umbilical caso de que la madre no lo llevara a cabo;

. Rollo de papel absorbente para secar los cachorros

. Un secador de pelo para facilitar el secado de los recién nacidos.

. Jeringas para administrar un producto a base de oxitocina que nos prescribirá el veterinario, en el caso de que la perra no contrajera adecuadamente.



Incipiente salida del feto envuelto en la placenta

El momento del parto


El día del parto notaremos a la perra más nerviosa de lo normal, puede empezar a rascar suelo y paredes y a revolver la ropa o periódicos haciendo como un nido: el parto es inminente y de un momento a otro empezarán las contracciones que facilitan la expulsión de los cachorros.

La temperatura de la perra desciende de los normales 38.5º C hasta 37 º C o incluso menos.

Los cachorros nacen envueltos en la placenta que, normalmente la madre rompe a base de lametones para que el cachorro pueda empezar a respirar. Si la madre no lo hace, tal y como es frecuente en perras primíparas, deberemos romperla con sumo cuidado nosotros mismos para a continuación secar al cachorro para acto seguido colocarlo junto a las ubres maternas.



El cordón umbilical, de igual manera lo cortará la madre con los dientes, pero en el caso de que no lo hiciera lo cortaremos nosotros a una distancia prudencial del vientre del cachorro y no inmediatamente tras haber sido alumbrado. Es aconsejable atarle un hilo para evitar hemorragias. El apéndice caerá solo una vez que se seque tras unos días.

Deberemos ahora esperar al siguiente cachorro que nacerá en un intervalo variable de unos minutos o varias horas incluso. Si la madre tiene repetidas contracciones durante un tiempo prolongado y no hay resultado alguno deberemos acudir a nuestro veterinario porque puede ser que se trate de algún cachorro mal colocado y que sea de  imposible expulsión si no es por cesárea.

Radiografía de perra preñada con tres fetos.Uno con presentación cefálica y dos con presentación podal.Estos últimos son los que con más probabilidad pueden causar dificultades en el parto.

La perra normalmente se comerá las placentas tras ir alumbrando los cachorritos: se trata de una excelente fuente de nutrientes que repondrá a la madre de la tremenda energía y desgastes sufridos con el parto y además se ha comprobado que actúa como galactógeno.




Tras el parto nuestra misión se limitará a comprobar que los cachorros maman y están calientes. En los días sucesivos comprobaremos que se están alimentando adecuadamente si tienen una abultada pancita característica que indica que tienen el estómago lleno de leche.



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